Mala junta

Mala junta
Pablo Lerman
De los Cuatro Vientos Editorial, 2017
Novela, 254 pp.

por Rubén Sacchi

En El 18 brumario de Luis Bonaparte, Carlos Marx, observando una sentencia de Hegel, afirmó que “La historia se repite dos veces, primero como tragedia y después como farsa”. Hago esta observación porque Mala junta parecería estar hablando de estos días, aunque su autor la plasme a inicios del milenio y ligeramente posterior al levantamiento popular y crisis política que dejara un saldo de varios muertos y una marcada inestabilidad institucional.
Puede decirse que es una historia de perdedores, en un país en donde los ganadores conforman una casta mínima. Hay cuatro protagonistas delineados con precisión y sutileza: un ex montonero, quebrado ideológicamente; un aprendiz de brujo; un ex gerente de banco despedido y su insatisfecha esposa. Alrededor, otra buena cantidad de personajes que rondaron estas vidas y las marcaron.
El espacio que los une, su trabajo dentro de la industria farmacéutica, es la excusa para hablar de otras cuestiones del momento, como la brutal represión: “un bastonazo lo hundió en un mar de borceguíes policiales”; el desasosiego: “en este país, donde todo se pudre antes de brotar” o la agonía de un ser querido: “¿Cómo se mira a quien se muere? ¿con qué ojos se lo ve?”.
La historia, típica del cotidiano, se va tejiendo hábilmente para terminar atrapando al lector con una variedad de relatos secundarios y un clima subyacente que hace muy difícil abandonar la lectura.

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