Balandro

Balandro
Graciela Perosio
Paradiso Ediciones, 2014
Poesía, 56 pp.

por Rubén Sacchi

Dos vientos empujan este velero: La necesidad de pintar y La necesidad de narrar, tales son las partes en que se divide el libro y su diferencia es sutil, quizás la clave se encuentre en algunos versos más plásticos y la alusión al pintor suprematista Kazimir Malévich.
El primer conjunto contrapone los sentimientos de esperanza y desesperanza, para terminar en la angustia existencial superada por la fuerza de la vida sobre todos los miedos, y asume el naufragio naturalmente: “jugar con las astillas del naufragio/ y bajo el sol de la playa/ desperezarme”.
Ya en la segunda parte, no es de extrañar semejante contingencia en quien “...dejó el timón/ al bramido del viento”. Toma conciencia de que, en la vida como en la poesía “...qué fragil era/ el hilo de la aventura/ (...) qué cotidiana/ la acechanza del peligro”.
Graciela Perosio define al deseo como “...una tormenta/ en la duermevela/ agobiante del verano”; se aferra a la memoria, en toda la subjetividad que esta implica y se asume en la fortaleza, sabiendo que, como humana, está encadenada irremediablemente al azar: “Yo soy la montaña./ (Y la montaña también es un balandro.)”.

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