Tomás y el espejo


Tomás y el espejo
Diana Sánchez
Edición de autor, 2010
Cuento, 16 pp.

por Rubén Sacchi

Un niño, en el duro proceso de aprendizaje, muchas veces genera una relación particular con el espejo, lo que en psicología se llama “el mudo”.
En la historia de Tomás, el espejo es un elemento recurrente y cómplice, que lo ayuda a crecer e identificarse hasta lograr afirmarse a sí mismo y sentirse, en alguna medida, independiente.
El cuento, compuesto de media docena de pequeños relatos, refiere la vida de un pequeño desde sus primeros meses hasta pasado el primer año, y atraviesa los hitos que lo van marcando: las reuniones familiares, las ceremonias religiosas, las vacaciones y sus primeros pasos.
Apela al recurso del lenguaje interior del pequeño, como si la barrera que separa la idea de la palabra fuese solo una cuestión de práctica y su manejo le viniera dado desde el alumbramiento.
De esa manera, nos cuenta en primera persona lo que va sintiendo y qué cosas llaman realmente su atención. La mayoría de las veces, sus proyectos se truncan o fracasan por completo, pero una atmósfera de buen humor nos ubica en la supuesta mentalidad de quien tiene para lograr su cometido toda una vida por delante.

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