Duff McKagan’s Loaded

Duff McKagan’s Loaded
El Teatro Colegiales
Federico Lacroze 3455, CABA

por Diego Luis Forte

Si bien los ex – Guns ’N’ Roses no tienen el mismo grado de exposición mediática que tenían en la primera mitad de los noventa parecen mantener una legión de fanáticos treintañeros que sostienen su fidelidad a base de tickets. A ellos se suma una nueva generación de niños (hermanos, sobrinos e hijos de la primera generación gunner) que, si bien molestan constantemente y entorpecen el disfrute del show, también pagan sus entradas y son los principales responsables de que el rock mantenga su glamour.
En cuanto a los músicos, el menor grado de exposición mencionado al parecer les brinda un espacio más amigable para trabajar. Tanto los discos como los shows de Duff y Slash suenan más espontáneos ahora de lo que lo hacían en los noventa cuando la banda tenía que cumplir una rigurosa agenda. La experiencia también se nota, tanto en el desarrollo en vivo como en estudio y el sonido es contundente.


Durante el show de tres horas Duff no para de correr. Canta, salta, sube y baja del escenario. Habla con la gente, esquiva escupitajos y vasos de cerveza con una habilidad increíble y a la vez domina la escena sin ningún tipo de esfuerzo haciendo que Angus Young parezca una abuela cansada. Le revolean corpiños, cigarrillos e incluso una camiseta de la selección que se pone durante el único momento en el que para cuatro segundos para tomar un Red Bull.
La banda suena compacta y se muestran sólidos sobre el escenario. En tres horas sin descanso Loaded ofreció un show impecable. Sin sorpresas, es cierto, pero sin decepciones. Veintisiete temas de los discos de Loaded, GNR y Duff sin pausa para calmar a un público que a la medianoche se negaba a dejar el lugar.

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