Los niños de la soja


Los niños de la soja
Eduardo Molinari
monada nómada, 2010
Ensayo, 128 pp.

por Rubén Sacchi

En momentos en que la comunidad europea discute la aprobación del ingreso de semillas modificadas genéticamente a su mercado, les resultaría de suma utilidad conocer las consecuencias que la propagación de la soja tratada en laboratorio y los agrotóxicos utilizados para su cultivo, provocaron en los paises periféricos.
Claro, también debieran prestar atención a esas cuestiones los gobiernos de los territorios ya afectados. En ese sentido, resulta de sumo interés el libro de Eduardo Molinari.
Los niños de la soja aborda la problemática de este cultivo y sus nocivas consecuencias, pasando por la cultura de los pueblos originarios y su respeto a la tierra hasta llegar al conflicto reciente entre productores y gobierno por la apropiación de la renta.
Incluye un profundo estudio de la evolución del cultivo sojero en el país, desde los primeros intentos de imponerlo en el siglo XIX y principios del XX hasta su generalización en nuestros días, anotando datos y cifras acerca de daños y enfermedades cancerígenas que pueden provocar escalofrío.
Un aporte invalorable a un debate de extrema vigencia.

siempre tu palabra cerca


siempre tu palabra cerca
Joaquín Areta
Libros de la Talita Dorada, 2010
Poesía, 60 pp.

por Rubén Sacchi

Como es habitual en la colección Los detectives salvajes de los Libros de la talita dorada, la investigación y el rescate de la palabra silenciada por el terror nos la trae de nuevo a la luz.
Siempre tu palabra cerca reune poemas del militante de las F.A.R. Joaquín Areta, desaparecido hace 32 años, a manos de la última dictadura.
Estos versos formaban parte de una libreta roja que su compañera rescató de la barbarie. Hay en ellos la impronta de esos años: el amor y el socialismo.
También incluye algunos trabajos que podrían definirse como un pequeño manual del militante revolucionario, tal vez con menos valor literario, pero que ayudan a comprender aquel universo de manera más abarcativa. Aquellos años de tocar el cielo con las manos y de “insaciable ansia de victoria”.
En estas ediciones flota una atmósfera de triunfo: de la palabra contra el silencio, de la memoria sobre el olvido. “Nadie escribió poemas de la nada,/ si su palabra era sincera.” nos dice el poeta entregado a lo profundo de vivir para sus semejantes, en esa comunión de pluma y sangre que es una decisión inquebrantable, y agrega: “Sólo los falsos escriben,/ cuando su corazón no late”.

Rigor mortis


Rigor mortis
Chelo Candia
La Duendes, 2009
Historieta, 68 pp.

por Rubén Sacchi

La rigidez que adquieren los músculos cuando pierden la vida se denomina rigor mortis pero Chelo Candia usa esta expresión para nombrar lo inapelable de la muerte, su rigurosidad.
¿Es mala la Muerte? Lo malo es morir, la Muerte es sólo un empleado malpago, que calcina sus huesos de sol a sol, en nombre de un patrón intransigente y despiadado llamado Dios.
La muerte es el tema más abordado y temido por la humanidad, también, claro, por sus manifestaciones artísticas. Es un acontecimiento solemne y odioso. Sin embargo, en Rigor mortis, la Parca nos cae simpática y hasta inspira complicidad ya que, mirándola bien, su tarea es profundamente ecológica.
En estas tiras, hay muertes para cada gusto y ocasión. Como en la vida real, no están exentos mujeres y niños. Tampoco las mascotas ni los extraterrestres. Candia, con admirable frescura, pone en el tapete, ya no a la muerte, sino a sus mandantes, a quienes la provocan y abusan de ella.
Con la promesa de una segunda entrega, el libro adelanta algunas historias. Para abordar estos maravillosos anticipos, es recomendable visitar su blog: http://chelocandia.blogspot.com/

La Patria también es mujer


La Patria también es mujer
Autores Varios
Las Juanas Editoras, 2010
Texto e historieta, 152 pp.

por Rubén Sacchi

La Patria, figura femenina, es construida, según la mayoría de los historiadores, por hombres que han dejado todo de sí para liberarla y fortalecerla. Detrás de ellos, abnegadas muchachas esperaban su regreso del frente de batalla o, en el mejor de los casos, cosían uniformes y bordaban banderas. Sin embargo, esa visión machista del pasado, olvida infinidad de protagonistas que, ya al lado o al frente de los hombres lucharon de igual a igual por su edificación.
Este segundo libro de Las Juanas agrupa un puñado de ellas, suficientemente representativo, como para seguir ahondando en las gestas de liberación.
Pasajes de sus vidas, son llevados a la historieta por excelentes ilustradores, acompañados de mini biografías a cargo de sendos investigadores.
Por los cuadros desfilan desde Janequeo, guerrera mapuche de finales del siglo XVI, hasta las militantes del E.R.P., pasando por Juana Azurduy, Evita, Vicky Walsh, Alicia Moreau, las Madres de Plaza de Mayo y las mujeres piqueteras.
Muchos otros nombres, de toda Latinoamérica, engalanan estas páginas. Un libro indispensable para empezar a comprender que la historia es mucho más que lo que enseña Billiken.

Diario del insomnio


Diario del insomnio
Diego Roel
Libros de Tierra Firme, 2005
Poesía, 80 pp.

por Rubén Sacchi

Según infinidad de leyendas los chinos, especialistas en torturas, utilizaban como instrumento refinado la interrupción del sueño. ¿Qué hay más terrible que su ausencia? El autor, sufriente de vigilia, intenta el auxilio precario del pensamiento, un pensamiento que enloquece y busca retomar el equilibrio, como un centro de flotación perdido que, en interminable naufragio, lo lleva a la deriva.
El libro habla del amor y la muerte; también de la poesía (la locura) como tópicos que se exceden y superponen, donde uno es en función de los otros. Las visiones están habitadas de pájaros, como símbolos de lo etéreo. Roel habla de sí y se habla a sí mismo como si hablara a otro.
Edípicamente, la pena de amor por una mujer se confunde con la imagen materna: “la que da nombre y vida”. Suplica: “Madre: quiero volver a tu liviano cuerpo suspendido (...) a tu cintura de animal del bajo Reino. (...) Quiero volver al eco de tu sexo”.
El insomnio es, tal vez, un medio de supervivencia para evitar un sueño que imita a la muerte. Por eso, la apelación a lo divino resolverá la cuestión: “Alguien tendrá que bajar del Cielo a rescatarme”.

O Misiones


O Misiones
Theodosio A. Barrios
th Barrios Rocha Ediciones, 2009
Poesía, 72 pp.

por Rubén Sacchi

O Misiones es una imploración y una denuncia. Una imploración a través del canto y la poesía a una tierra rica y generosa y la condena de una política de “olvidos” cómplices del saqueo que la están devastando y la llevan a su destrucción.
Arremetiendo contra los poderes, identificados en quienes dicen ser nuestros representantes: “Estrujado de omisiones/ en el brazo no obra un puño/ y el coraje carece de agudeza”, plantea la acción, no exenta de autocrítica: “Siete veces siete pedí por tregua/ y exactamente el doble cerré los ojos/ cómplice de la masacre de mi suelo”.
La realidad que expresan estas páginas, deja a la luz la calamidad que sufre el monte misionero, pero que es un calco de otras geografías nacionales, donde la tierra sea pródiga en algo traducible en dinero.
La rebeldía se plantea como única alternativa, trayendo a la memoria la figura de Andresito Guazurarí, hijo adoptivo de Artigas y luchador inclaudicable contra el invasor imperialista.
Estos versos urgentes, son un llamado de atención, sin dilaciones, para trocar por pájaros el canto de las motosierras.

La selva fría


La selva fría
Silvia Castro
Ediciones en Danza, 2006
Poesía, 100 pp.

por Rubén Sacchi

En La selva fría, la autora nombra su tierra natal. Nacida en Roca, Río Negro, está impregnada del paisaje y la historia patagónica, aunque los vientos la hayan empujado suavemente hasta Buenos Aires.
Cuatro partes componen este volumen; la primera, haciendo referencia a la leyenda del pehuén (o araucaria) apela a lo ancestral, a la generosidad de la Madre Naturaleza que provee lo material y lo intelectual “tu rebaño/ trae a los hombres la lana de la escritura”. Rebosante de figuras mitológicas, donde un perro puede mudar de piel y tiene anillos de serpiente, nos sumerge en una cosmovisión originaria y original.
Los dos capítulos siguientes esgrimen la denuncia de crímenes ecológicos cometidos en nombre del “progreso”, allí donde “la espesura dilata las pupilas” y “el alambre es un reptil de ciudad”, desde la introducción de especies foráneas hasta la explotación minera.
Por último habla de la quila, en un territorio donde se trastocan los valores asumidos, como “el tejido elástico del agua” y, para explicarlo, acude a la sabiduría y paciencia oriental del bambú: “el tiempo se detiene en la madera” y ocupa “60 años entre una floración y otra”.

La ciudad distante


La ciudad distante
Cora Cané
Pirca Ediciones, 2010
Poesía, 40 pp.

por Rubén Sacchi

Esperada reedición de este poemario, publicado hace casi cincuenta años y que mereciera el premio Alfonsina Storni, Consejo del Escitor.
El volumen incluye veinticinco poemas portadores de una notable actualidad, que los convierte en atemporales.
En sus versos se evidencia el dolor, fruto de la pérdida de su esposo en días no muy lejanos, pero aflora un sentimiento de amor que trasciende el hecho aciago y lleva luz a la palabra.

V

Recorrí con mis manos
tu cárcel de madera.

Quise imaginarte en otro tiempo,
libre y dueño.

Alta y pura era tu frente.
Con un poco de infancia. Y de desvelo.

El amor fue simple y claro.
Sagrado como el pan. Noble como el vino.

Había un cielo, es cierto.
Un cielo.

Antes de tí todo estaba muerto.
Tu mano inventó mis primaveras.

Dura cárcel, dura cárcel...
Hazle dulce el sueño.

La omisión de la familia Coleman

La omisión de la familia Coleman
de Claudio Tolcachir
Teatro Timbre 4
México 3554, CABA
Funciones: Viernes a las 21.30;
sábados a las 21 y 23:15;
domingos a las 19 y a las 21:15.

por Rubén Sacchi

Dos tremendos almohadonazos marcan, desde el comienzo, el clima de la obra, que habla de una familia golpeada por la vida y por ellos mismos. En el ámbito de los Coleman, el fin último es la supervivencia y la procurarán por encima del amor que puedan, en su inmadurez y locura, profesarse.



Una abuela, una madre y cuatro hermanos, tres apellidos diferentes; dos padres. De este grupo, tres de ellos son Coleman.
Este intríngulis, que se irá desvelando en el transcurrir de la pieza, es apenas una de las tantas cuestiones que arrastra la familia.
Los Coleman no tienen una "omisión", están repletos de ellas. En su transcurrir cotidiano, todos se cuecen en el mismo caldo y nadie se hace cargo de nada. La carencia de límites de una madre que más parece una hermana, la falta de recursos económicos y las manías patológicas de los integrantes hacen de la vida un caos, menos para Verónica, única "felizmente casada" y con dos hijos, que no vive con ellos, pero que arrastra lo suyo y sucumbirá a su herencia de sangre.
Una comedia deliciosa que, tras cada carcajada, oculta la sombra de un tremendo drama. Las actuaciones son impecables en general, destacándose las de Perotti y Odorico, en los papeles de Marito y Memé, respectivamente.
Un planteo escenográfico sencillo, resuelve correctamente la necesidad de dividir en dos los espacios en que transcurre la historia, completándose con la multiplicidad de puertas por las que los actores aparecen y desaparecen.
Las luces, acompañan sencillamente las situaciones sin grandes despliegues pero de manera justa y se percibe un buen trabajo de producción.
Mención aparte merece el parlamento, que se escucha correctamente desde toda la audiencia, más allá de los matices y los tonos de los personajes, lo que obedece más a un buen trabajo de dicción que a la acústica propia de la sala.
En definitiva, una pieza de lujo del teatro alternativo, multipremiada en el extranjero, que merece ser vista por sus connacionales.

Libro y dirección: Claudio Tolcachir
Asistencia de dirección: Macarena Trigo
Iluminación: Omar Possemato
Producción: Maxime Seugé y Jonathan Zak
Prensa: Duche & Zárate

Elenco:
Abuela: Araceli Dvoskin
Meme: Miriam Odorico
Verónica: Inda Lavalle
Marito: Lautaro Perotti
Gabi: Tamara Kiper
Damián: Diego Faturos
Hernán: Gonzalo Ruiz
Medico: Jorge Castaño

La playa


La playa
Loreley El Jaber
Viajera Editorial, 2010
Poesía, 98 pp.

por Rubén Sacchi

Hermoso poemario, definido desde su despojado título donde la metáfora puede calzar justa: en la playa siempre hay un mar de fondo.
La playa es un límite cambiante, un lugar donde es más fácil dejar huellas y más sencillo que se borren; el sitio donde se hallan y pierden cosas.
La autora ve allí su infancia, un ­estadio feliz donde la inmensidad de la vida delante se plantea como un mar que, en su flujo y reflujo, hamaca el tiempo, lo lleva y lo devuelve a su antojo para depositarlo en esa orilla.
En ese acunarse, la arena desgrana las horas y los años siguen un derrotero que no puede detener una cinta Super 8. En ese naufragio de la niñez hay una sensación de pérdida “abro mi boca plácida/ en busca del calor que me define”.
La adultez trae consigo un sentimiento de soledad y vacío (se expresa maravillosamente en el oxímoron “fulgor oscuro de una risa ajena”), que puede llegar a ser de abandono.
La presencia de los seres queridos ya no se evidencia, regresan en recuerdos de aquella infancia feliz. Tal vez, el miedo a envejecer sobrevuele los sueños y lleve a pensar: “¿qué será del día cuando la noche acabe?”.