Metano


Metano
Cuento
de Walter Iannelli
Paradiso Ediciones, 2008. 120 pp.
por Rubén Sacchi

Si algo tiene de bueno la concentración de medios de difusión es lo que se podría llamar, para utilizar un término en boga, un “efecto colateral”: en su periferia se genera resistencia contrahegemónica. Y si algo tiene de útil la fagocitación de los grandes grupos editores entre sí y el estricto mercadeo de un catálogo consagrado, es la proliferación de pequeñas editoriales que, bien por el contrario de aquellas, apuestan a nuevos valores y se abren a todo el espectro creativo. Uno de esos casos es Metano, del escritor Walter Iannelli, que acaba de aparecer bajo el sello Paradiso.
La ciudad se ve convulsionada por un espectáculo cuasi circense: en medio de un estadio y rodeado de un público expectante, un hombre se apresta a estallar. Su cuerpo acumuló gas metano al punto tal de convertirlo en un explosivo viviente. Ese no es un hecho aislado, la ciudad es a diario sacudida por estampidos humanos. El gas le da nombre al relato, a la vez que éste al libro, que se compone de otros dieciséis cuentos de singular factura y trama inteligente.El autor, premiado por la Municipalidad de la Ciudad de Buenos Aires y en diversas oportunidades por el Fondo Nacional de las Artes, acaba de recibir de ésta la Beca Nacional de Creación 2008. Es de esperar que su buena utilización produzca obras semejantes a la que nos ocupa que, junto a Alguien está esperando (cuentos), Sanpaku (novela) y Zumatra y la mecánica de tu corpiño (poesía) conforman su no abundante pero rica producción.

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